Cruz del Sur
La cruz del Sur, junto al Saco de Carbón
Quien primero denominó Cruz del Sur a esta constelación, fue el marino Hernando de Magallanes, llamándola "Cruz do Sul" en su viaje en el año 1505, acompañando a Lourenço de Almeida.
Dante Alighieri (1265-1321) en su obra "La Divina Comedia" dice: "...distinguí cuatro estrellas vistas por los primeros humanos...", esto, cuando salía del infierno e iba al purgatorio, se cree que se trataba de la Cruz del Sur, aunque la geografía de los tiempos del poeta no conocía tierra alguna desde donde se pudieran descubrir. La historia dice que el primer europeo que las observó, fue Américo Vespuccio (1454-1512) según se lo escribió a Lorenzo de Pier Francisco de Médicis. Sin embargo, antes las pudo haber observado Marco Polo (1254-1324), el cual llegó hasta las islas de Java y de Madagascar en 1284, que aunque él no la nombra directamente, sí existe una descripción del filósofo y médico Pietro de Albano, a quien Marco Polo, describió las estrellas que se encontraban al Sur del Ecuador.
Cuando hace mención de la Cruz del Sur, dice que ésta es de modesta magnitud, pero un dato más y muy interesante sobre Marco Polo, es que denotaba gran preocupación porque decía, según relata en su libro "El Libro de las Maravillas", que la estrella Tramontana (así llamada la estrella Polar), no se veía desde esas latitudes, esto hace muy posible que se buscara una guía que la sustituyese para navegar en esas aguas y la formación más llamativa era, indudablemente, la Cruz del Sur. Dante a través de éste, se pudo haber enterado de la existencia de las cuatro estrellas. Él decía que dichas estrellas sólo habían sido vistas por Adán y Eva en su morada del paraíso terrestre, supuestamente situado en el Hemisferio Sur.
Imágen izquierda: Américo Vespuccio midiendo la Cruz del Sur con instrumental de la época,
mientras los demás duermen vencidos por el cansancio.
Imagen derecha: De la Uranometría de Bayer (1603).
Se observa al Centauro, Lupus ( el Lobo ) y Crux (la Cruz del Sur)
Ptolomeo (siglo II) conocía estas estrellas y la Cruz figuraba como parte del grupo del Centaurus junto con Lupus (el Lobo), entre mediados y finales del siglo quinto a. C., la Eclíptica fue identificada en Babilonia y quizás también en Grecia. Los Babilonios fueron los que dividieron la Eclíptica en 12 partes del zodíaco.
Durante el siglo II de nuestra era, el astrónomo egipcio Ptolomeo catalogó información sobre 1022 estrellas (el Almagesto). No es ninguna sorpresa que sólo incluya estrellas visibles desde la latitud de Alejandría (31,13,12N) donde vivió y escribió este científico y en esa época, Acrux (Alpha Crucis) se podía ver a 5 grados sobre el horizonte Sur. En la actualidad desde dicha latitud, sólo se observa Gamma Crucis a 1,5 grados sobre el horizonte. En 1624 el astrónomo alemán Jakob Bartsch, separó las estrellas de la Cruz del Sur que habían sido incluidas por Ptolomeo en la constelación del Centauro, pero su visibilidad fue desmejorando por efecto del movimiento de precesión de la Tierra, hasta que se perdió. Pero, según otros datos, antes que Vespuccio y otros renombrados navegantes contemplaran la Cruz del Sur, el piloto y astrólogo portugués Joao de Lisboa ya la había divisado desde la costa Este de Brasil corriendo el año 1500. Desde ese entonces, tanto Joao como el navegante Pero Anes, utilizaron la Cruz, para hallar la posición del Polo Sur Celeste y, al respecto, escribieron un tratado llamado "Manual de Navegación " en el que se aconsejaba a los navegantes el uso de esta constelación para determinar la situación de la Estrella Polar Sur, Sigma Octantis.
En el año 1679, La Cruz del Sur se constituye en la constelación número 63 pues antes, como se puede ver en el dibujo de Bayer, figuraba como parte de la pata trasera izquierda del Centauro, aunque al situar las cuatro estrellas más conocidas lo hace erróneamente, incurriendo en un error realmente extraño en alguien tan meticuloso en la concepción de tan bellas ilustraciones, colocando la Cruz en forma vertical, respecto de la figura del Centauro.
La Leyenda del Choike, la pisada del Súri, el ñandú galáctico y otras historias de la Cruz del Sur
Muchos de los mitos y leyendas que se conocen son de transmisión oral ya que no ha quedado otro tipo de documentación, pues como todo pueblo conquistado, el aborigen sudamericano en su momento, vio avasallado su conocimiento porque lo consideraron pagano. De este modo, llega a nosotros una parte de la historia que de la astronomía tenían algunos de los pueblos primitivos que habitaban América del Sur, así como también, los escritos de varios cronistas de la época de la conquista, y algunos contemporáneos que dejaron plasmados estos conocimientos en varios libros de crónicas.
De esta transmisión oral debo mencionar algunos datos que recibí de mi padre, Don Félix Diez Monroy. Mi padre hizo 5 años de campaña en la Patagonia, haciendo la medición del meridiano desde el Río Negro hasta Río Gallegos (década del 40). Entre las historias que me contó, encuentro una interesante referencia cuando relataba que en la provincia de Santa Cruz, en unas cuevas o grutas, con gran sorpresa vio que evidenciaban haber sido habitadas en tiempos muy remotos. Una de éstas estaba llena de dibujos de colores terrosos. De los dibujos referidos, recuerdo manos, patas de avestruz, flechas y soles o Sol. Me parece sumamente interesante, ya que aquí también se ve la apretada conexión del aborigen con el súri y el cielo, y es más, mi padre no me habló de "un avestruz", sino de "patas". No es difícil ligar esto con la historia de la pisada del súri. Esto se encuentra en una de las cuevas o grutas que, específicamente, visitó mi padre, ya que sus relatos se extienden a otras con otros dibujos y una de ellas es la que hoy conocemos como "Cueva de las manos".
Izquierda.: imágenes de ñandúes en gruta en la provincia de Córdoba Arg. (8.000 a. C.)
Derecha: Detalle de La famosa Cueva de las Manos en la Prov. de Santa Cruz, donde se aprecian guanacos (8.000 a. C.)
He podido también acceder a algunas leyendas, como por ejemplo, la que me cuenta Guillermo Laime, originario de Colonia Santa Rosa, departamento de Orán, en la provincia de Salta. Guillermo Laime cuenta, que viviendo ellos en el campo en su niñez, Zoilo Juárez señor ya fallecido, que era originario de Embarcación, cerca de Tartagal, les relataba historias que conocía desde su niñez. Entre estas historias se encuentra la que relata: "... un río blanco y zigzagueante, persigue al súri (ñandú), el cual, corre y zigzaguea como lo hacen estas aves para huir del río, pero debe cuidar de no meter su pata en el pozo negro, mientras el "viejo" y la "vieja", lo contemplan."
Según este relato de Guillermo Laime, el río zigzagueante sería la Vía Láctea; la pata que puede llegar a meter en el pozo es la Cruz del Sur y el pozo que debe esquivar es el Saco de Carbón; la vieja y el viejo que contemplan, la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes, dato éste, que ampliaremos al desarrollar el tema de mitos referente a las Nubes de Magallanes.
Estas historias, que pueden haber sufrido algunas deformaciones en su transmisión oral, son realmente bellas, llenas de particular encanto, tanto así que han permanecido grabadas a fuego en la memoria de quien las escuchó y acompañado por ellas hasta el día de hoy, observa el cielo. Es evidente su origen de mitos y leyendas aborígenes de la zona.
Esta voz utilizada en el relato de Guillermo Laime, "súri" es de origen quichua y es corriente en el lenguaje norteño. Como referencia, según datos de Lehmamm-Nitsche, los indígenas chirigüanos se llegaban hasta Orán para la zafra (cosecha de la caña de azúcar), siendo posible que parte de la mitología celeste de los chirigüanos, llegase enriquecida y deformada a los actuales lugareños.
El súri, según los chirigüanos y chahuancas, forma una constelación sobre el Saco de Carbón que, en este caso, no representa al súri completo, sino a su cabeza y cuello hasta el "collar" típico que rodea la terminación de su cuello. Siendo la cabeza representada por las cuatro estrellas de la Cruz del Sur, el cuello por unas cuantas tomadas del Centauro cerrando esta constelación, el espléndido collar al fin del cuello, está representado por Alfa y Beta del Centauro. Los chanés parece que también adoptaron esta forma de ver la Cruz de sus vecinos chirigüanos.
La interpretación de la Cruz del Sur como la cabeza y cuello de un avestruz, parece pertenecer sólo a estas tribus. Habrá diferentes historias indígenas siempre con el súri o choique (ñandú), pero visto de diferentes modos.
Tomando los datos que se conocen, ésta es la forma en que estaba conformada la constelación del Súri, según los chiriguanos, siendo la cabeza, cuello y collar del avestruz en este caso. (Ilustración: S. Smith)
Por ejemplo, La Cruz es considerada como "la pata del súri" o también como la "pisada" de este animal, por la forma geométrica que tiene esta constelación y su similitud con el rastro que deja el ñandú en el suelo, en este caso, dicen que Alfa y Beta del Centauro, son "las boleadoras del súri".
Según los chanés, Alfa Crucis (Acrux), sería el pico, Beta (Becrux)y Delta Crucis, los ojos Gamma Crucis (Gacrux) la nuca, la línea que une esta última estrella con el cuello, está representada por Rho, Delta, Gamma y Epsilon Centaurus, y el collar por Alfa y Beta del Centaurus.
Citaré aquí lo dicho en el "Instituto Popular de Conferencias" por el Doctor Roberto Lehmann Nitsche, donde abarca un maravilloso estudio que va desde el Norte al Sur de la Argentina, mostrándonos un relevamiento exhaustivo hecho por él, de la visión astronómica de los indígenas de las diferentes tribus:
"...Para completar las imaginaciones de los aborígenes sudamericanos respecto de la "Vía Láctea", deben citarse algunas todavía, e.d. las siguientes: para los indios de Buenos Aires y de la Patagonia septentrional, que vivían en el siglo XVIII, era el campo donde sus antecesores cazaban avestruces (y agregaré que esos cazadores, eran representados por las estrellas en general; el avestruz, por la "bolsa de carbón"; su pisada o huella, por la "cruz austral"; las plumas de los animales boleados, visibles en dos montones, por las dos Nubes Magallánicas; y la boleadora avestrucera, al fin, por las dos estrellas más brillantes de Centauro, (Alfa y Beta). Mientras que todo esto forma un conjunto homogéneo de ideas que puede llamarse ilustración astral de la vida diaria del indio patagón."
Los mocovíes y la constelación de "La Caza del Avestruz"
Para el pueblo mocoví, del Gran Chaco, cuyo idioma es sumamente parecido al toba, varias son las historias y difícil de discernir cual la originaria. Cuentan que encontraron una vez un avestruz y los perros lo persiguieron. Subió el avestruz al cielo y allí se quedó, siendo éste, el Saco de Carbón.
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Visión celeste según la cual el súri (avestruz), sería el Saco de Carbón. (Ilustración: S. Smith)
A esa historia, se agrega esta otra versión: En el cielo hay un casal de avestruces, el macho va adelante, la hembra sigue al esposo. Cuando es su época, se juntan y ponen su nido cuando viene el buen tiempo (junio-julio en el Chaco se juntan para poner los huevos). De este nido, salen muchos pichones que son criados por los padres. Cuando llega la primavera, los pichones bajan a la tierra para comer las flores, y para que las gentes tengan con que alimentarse.
Otra de las formas de ésta constelación que contiene a la Cruz, según los mocovíes, es la siguiente: Al Crucero llaman Amanic, esto significa, avestruz. Cuentan que corriendo un mocoví a un avestruz hasta el horizonte, el avestruz trepó por el cielo donde quedó formando su figura con las estrellas, y que de ésta conformación, se forma el Crucero (Cruz). Según parece aquí, la Cruz del Sur con el Saco de Carbón que es el cuerpo, correspondería al avestruz, Alfa Centauri al indio que lo perseguía, y para otra historia, Beta Centauri, el perro que acompañaba al indio cazador.
Hermosas y descriptivas figuras de súris, pintadas con engobes sobre cerámica santamariana arqueológica (Prov. de Catamarca). Se observa la decoración de cruces dentro de las mismas.
y aquí cerramos las historias mocovíes, con ésta: "En tiempos remotos, en que el Dios había creado el mundo tal como existe, al poblar la tierra de seres vivientes había colocado a dos animales, el Avestruz y el Perro en medio de un rincón espléndido de la tierra, donde disponía cada uno de cuanto pudiera necesitar: campos, pastos, ríos, granos, alimentos, etc. y así vivir todos en paz. Pero un día, hubo discordia entre ambos, y como el Avestruz le aplicó una fuerte patada al Perro, éste, muy enojado lo persiguió para darle caza, de este modo, corrieron de un lado hacia otro por toda la superficie de la tierra. Y cuando el avestruz vio un inmenso árbol que llegaba al infinito se subió en él, creyendo salvarse de su perseguidor, pero el Perro que olfateando llegó al pie del árbol, trepó por él y siguió a su perseguido. Viendo el Dios de ellos tanta persistencia en vengar sus faltas, decidió castigarlos, convirtiéndolos en estrellas, y es así como aún se ve al Avestruz perseguido por un Perro.
Los guaraníes y el avestruz galaxial
Según el padre Franz Müller, "para los guaraníes el Ñandú (ñand'u) significa avestruz, así como también todo tipo de arañas y toda la vía láctea. Según la mentalidad guaranítica, en el fondo, una y la misma cosa: aquello, lo que come a nosotros."
Luego dice: "Ñandu, es un ave gigantesca que aparece todas las noches en el firmamento. Desde tiempo ya nos hubiera tragado, sino Tupâ, el amigo de los hombres (ser supremo de los Guaraníes), en previsión de esto, le hubiese indicado también en el espacio celestial y en la vía láctea, un gran depósito de alimentos: la "Bolsa de carbón" (manchas del sur). Al principio había tres depósitos. Uno de ellos, ya se comió el avestruz; cuando se habrá devorado los dos restantes, caerá sobre la gente y habrá llegado el fin del mundo".
Como vemos, el ñandú, cumple un rol importantísimo en la vida de los aborígenes no solo chaqueños, sino, también de otras tribus a lo largo y ancho del territorio argentino, así como una buena parte de lo que hoy son territorio de países aledaños.
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Característica decoración de una urna funeraria santamariana, realizada con pigmentos negros sobre engobes. Se observan entre los detalles, los súris o pollos de ñandú.
También nos encontramos a través de los relatos de R. Lehmann-Nitsche, con la interpretación de una parte de la Vía Láctea como avestruz gigantesco visto desde el costado derecho. En este caso, el cuello del ave enorme, comienza en la región del Saco de Carbón y se extiende, transformándose en el cuerpo con alas llegando hasta la estrella Antares y la constelación de Ophiuchus, sigue bajando hasta la cola y la púa del Escorpión, la galaxia representa la pierna del ave fijada en plena fuga, aunque no hay relación de proporción el espesor de la Vía Láctea con las delgadas patas del avestruz.
Aquí, me gustaría acotar, que los araucanos, llaman a la Vía Láctea "Río", también los wichis (matacos), quichuas, y aimaráes, así como para los onas de Tierra del Fuego, quienes lo llamaban "el gran río de los espíritus buenos", coincidente con el relato de Don Zoilo Juárez, quien la describe como un río.
Imagen de la Vía Láctea, el "Río Celestial" o "Gran Río" para muchas de las civilizaciones primitivas.
(Foto: © "Observadores", Institutos Astronómicos de la Universidad de Bonn.)
Los Tobas y la constelación "la Caza del Súri (avestruz)"
Para los tobas, la idea de las constelaciones, está basada en que cuando en una época remota, el fuego destruía la Tierra, algunos se salvaban subiendo al cielo y convirtiéndose en constelaciones.
Las interpretaciones que este pueblo tenían de ésta constelación que incluía a la Cruz, son relatos recogidos por el padre José Guevara y por R: Lehmamm-Nitsche, relatos, que son coincidentes en muchos puntos.
El relato dice: Dos muchachos (Alfa y Beta del Centauro) cada uno con su perro (Alfa y Beta crucis), andan cazando un súri, los perros andan delante (según el padre Guevara), los muchachos atrás. Los perros alcanzan al súri, lo agarran de la barriga y le sacan las tripas. El súri estaría representado en este caso, por el Saco de Carbón, su pata, por Gamma y Delta Crucis.
El choike (avestruz), el cazador y las boleadoras
Creo que esta historia que va a continuación, tiene más que ver con los pueblos más al sur.
Según la leyenda, Nemec, que era el jefe cazador, quiso capturar un enorme choike, que significa ñandú, que había avistado, pero éste, viéndose a punto de ser atrapado, escapó volando hacia las estrellas. El jefe entonces lanzó con toda su fuerza las boleadoras (elemento que se utilizaba para enlazar las patas del animal y voltearlo), pero éstas, no pudieron alcanzar a el ave, quedando también en el cielo, cerca de la pata del choike, formando las estrellas que conocemos como Alpha y Beta del Centauro, conocidas también como "las balizas de la Cruz del Sur", ya que parecen señalar a la misma, apuntando al palo menor de la Cruz.
Los Araucanos y el Guanaco Celestial
Para los Araucanos, el cielo era "huenu mapu", que quiere decir "El país arriba". Según este pueblo, el cielo era otra tierra que la que ellos habitaban, pero, iguales, tanto por los detalles geográficos como por los hombres y animales que en ellas habitaban.
El mapa celestial de los araucanos, es atravesado por un gran río, que es la Vía Láctea, a la que llaman "leufu" (río), cerca de este río, hay "dos ojos de agua " rünanco" o "menuco", que son las Nubes de Magallanes. En este "país de arriba" habitan dos animales celestiales, que son el guanaco y el avestruz. El guanaco celestial, comprendía una fantástica constelación, representada por estrellas del Centauro, que en determinadas épocas, luego de la puesta del Sol, aparece en la posición de un cuadrúpedo. Las estrellas de las que estaba compuesto eran Epsilon, Zeta, Mi, Eta, Theta del Centauro. Cuando para esos meses asoma el guanaco celestial, parece estar avizorando el horizonte antes que salga su compañero, el avestruz astral, que pronto aparece y se destaca entre las estrellas de la Vía Láctea, como un óvalo libre de estrellas y bien negro, que es el Saco de Carbón. Para los araucanos, el Saco de Carbón representa el cuerpo del avestruz que se encuentra echado en el suelo, y la pata está compuesta por las cuatro estrellas de la Cruz del Sur.
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El Dr. Roberto Lehmann Nitsche, ideó un escudo para representar a la provincia de la Pampa,
que estaba compuesto por el Guanaco Celestial. (Archivo Biblioteca de la Universidad de L. P.)
Los Incas , las culturas andinas y la Cruz del Sur
A modo de introducción, trascribimos aquí los aportes de aficionados, especialmente de América Central y América del Sur, que nos acercan valiosos datos de las culturas que poblaron y pueblan estas latitudes.
Desde Brasil, los comentarios de Carlos H. A. Andrade, del Proyecto INTI, Observatorio Municipal de Americana, y así dice:
..." la constelación de la Cruz del Sur ha tenido mucha importancia en la cultura Inca... Hay muchas construcciones en todo el Imperio Inca que están relacionadas a esa constelación. Como sus estrellas indicaban hacia donde quedaba el Polo Sur del cielo, necesitaban conocerlas para poder determinar las estaciones del año, las mejores fechas para el plantío y cosecha y los Solsticios y Equinoccios... Hasta hoy, la Cruz del Sur es la mas importante constelación de ellos... así como para nosotros también... ya que quedamos en el hemisferio Sur de la Tierra. A través de la estrella Alfa de la Cruz, pondremos por ejemplo hacer una viaje por todo el Sur de la Tierra. En Ollantaytambo, cerca alrededor de 80 km. del Cuzco, Perú, hay muchas piedras relacionadas a esa constelación. En Nazca, hay también diseños grabados en piedras, que sólo pueden ser mirados desde el cielo... Estaremos en nuestra próximas etapa del proyecto haciendo algunos estudios en Nazca, y así tendremos mas informaciones sobre la Cruz del Sur y su relación con los Incas."
Agradecemos este valioso aporte a Carlos Andrade, y esperamos sus próximas investigaciones al respecto.
Desde México, Ricardo Tepach Coello, nos dice:
" ...En la fecha del 3 de mayo, la visibilidad de la Cruz del Sur es muy buena desde nuestra perspectiva, de ahí que sea el día de la Cruz, esa fecha efectivamente también es considerada el día del albañil, y como la gran mayoría de latinos, nuestra religión más importante es la católica, ellos (los albañiles) consideran necesario rendir culto a la Santa Cruz, poniendo en esa fecha una cruz forrada de papel crepé (o algún otro papel que le de vista al simbolismo) en la construcción misma, pues es creencia popular, que de no hacerlo la construcción se demolería. Ese día, terminan antes sus actividades, pues el patrón de la construcción les ofrece un convivio a base de antojitos típicos mexicanos (tamales, tacos, tortas, barbacoa, etc.) y en los lugares altos del país (dígase Cd. de México) la ingesta de Pulque (bebida fermentada extraída del maguey) es clásico, en el resto del país, es la cerveza, y cuando hay recursos económicos por parte del patrón hasta un gran baile se les ofrece. Huelga decir que ese día festejan "su santo" aquellas personas que tienen el nombre de Cruz, y en algunos lugares del país, en los cuales haya algún "barrio de la Cruz" festejan con fiesta en el lugar mismo donde se encuentre este símbolo. Esperando estos comentarios te orienten aunque en sea forma mínima acerca de nuestros festejos de la Cruz."
Agradecemos la colaboración de Ricardo Tepach Coello.
Tanto Bolivia como Perú y México, tienen una fuerte relación en sus mitos, historias y leyendas, con la Cruz del Sur, constelación que juega un papel de suma importancia en la vida cotidiana y los ritos de sus originarios habitantes, que perduran hoy en día.
También para el pueblo boliviano, el 3 de mayo festejan la Cruz, pero en este caso, se refieren específicamente a la fiesta de la constelación de la Cruz del Sur, siendo que sus antepasados reverenciaban esta constelación denominada Achakana (Cruz del Sur).
El Antiguo Testamento y la Cruz del Sur
Los Penetrales del Austro
En el Antiguo Testamento, cuando se hace referencia a la parte más protegida y más interior de una morada, donde se conservan las cosas más preciosas, es "penetralia".
Giovanni Schiaparelli, en "Astronomía en el Antiguo Testamento", hace referencia a esto, y al libro de Job, donde se alude a alguna brillante constelación entre las más australes de su horizonte. No es difícil de ubicar a qué constelación se hace referencia, ya que no son muchas en éstas latitudes las que están conformadas por estrellas que sean de elevada magnitud. Aquí, hay que hacer mención, a algo que ya hemos dicho, la precesión de los equinoccios, por lo cual, estas constelaciones, eran vistas en la época que se escribió ese texto desde Palestina (aproximadamente 32° latitud Norte).
A unos 20° sobre el horizonte, en el año 750 a. C. aproximadamente, sobre el horizonte austral, se veía la constelación designada con el nombre de "khadrê theman" o "Penetrales del Austro". Esta constelación, debería estar formada por las más ricas y bellas estrellas conocidas en nuestro cielo, entre las que se encuentran Canopus, Alpha y Beta del Centauro y las que componen la Cruz del Sur. Esta constelación, tenía que estar comprendida por la que hoy conocemos como la Nave de Argos, la cruz del Sur y el Centauro.
Es muy bella la descripción que hace Schiaparelli, y no puedo sustraerme a su textual descripción:
"...En los tiempos a que aludimos, pudieron los pastores y agricultores de Palestina contemplarla (ahora sin embargo ya no les sería posible) sobre el horizonte extremo meridional, bajo la apariencia de una luz intensa como de aurora austral sembrada de estrellas brillantes, y admirar un espectáculo, que hoy sólo puede ser visto por quien descienda hacia el Ecuador..."
Esta bellísima descripción, nos da una idea cabal de cómo se vería la Cruz del Sur sumida entre sus acompañantes, formando parte de la llamada "Penetrales del Austro".
Representación de la Cruz del Sur a los pies del Centauro, según Hevelius.
Plinius y la Cruz del Sur desde Alejandría
Un dato posible, es que Plinius (23-79 de nuestra era), desde Alejandría, trataba de demostrar la redondez de la Tierra, así es que, se dice que este asterismo, que no es visible desde latitudes más al Norte, es uno de los que le sirve para dicha afirmación según lo relata en su libro "Naturalis Historia Liber".
Alberto Martos Rubio, en su "Historia de las Constelaciones" en el volumen 4 página 638, hace referencias a la Cruz del Sur, entre las cuales,se encuentra la que se refiere a la Muerte de Julio César, asesinado el 15 de marzo del año 44 a. C., mismo año, en que, dice este autor, en la Cruz del Sur, se extingue el cometa aparecido ese año, el 23 de Septiembre, siendo una oportunidad muy apropiada para ensalzar aún más al emperador asesinado, identificándolo con dicho cometa. Plinius, la denominó por esto, Thronos Caesaris, porque parecía ser el lugar designado para el alma del César, esto, viene a cuento, porque la Cruz que no era visible desde Roma, sí lo era desde Alejandría.
Pero, estos datos, no resultan firmes. El cometa sí existió, Una de las representaciones más famosas de éste cometa fue hecha sobre una antigua moneda romana, cuando Augustus Caesar emitió un denarius con un cometa sobre el reverso, conjuntamente con la inscripción, DIVVS IVLIVS. Esto era en directa referencia al cometa visto en los cielos inmediatamente después del asesinato de Julius Caesar en 44 a. C.
No obstante esto, no resultan consistentes los datos referentes a Plinius y su consagración de la Cruz del Sur como el "Trono del César".
Otros datos aportados por el Dr. Mark Kidger, nos refieren que, el cometa se desplazó desde el centro de la figura de Orión hasta el borde en un intervalo de unos días. El único dato seguro sobre la fecha es que el cometa apareció en algún momento entre mediados de mayo y mediados de junio. Después hay un lapso en las observaciones, pero parece ser que las observaciones romanas se realizaron hacia finales de julio. Eso se interpreta como un estallido del cometa en la semana antes del plenilunio del 30 julio de 44 a. C. cuando estaba en su máxima aproximación a la Tierra. La órbita que se calculó dice que el cometa jamás pudo estar en el Hemisferio Sur y, desde luego, cuando se terminó a finales de julio de 44 a.C, estaba en Andrómeda, a 180° de la posición ante dicha según los datos de Martos Rubio, que lo toma como extinguiendose en la Cruz del Sur.
Dados estos datos, para concluir, debemos considerar como no potable, la alusión hecha a la Cruz del Sur respecto de que fuese considerada por Plinius como "El Trono del César".
La Cruz del Sur desde Australia
Para la tribu australiana de los Cornu, la Vía Láctea, era también un río de suma importancia para ellos, pues en sus orillas resucitarían después de la muerte como hombres de color blanco. Así también para los Narrinyeri, otra tribu australiana, es un río donde navega una embarcación.
Respecto de la Cruz del Sur, en el centro de Australia, curiosamente, se consideraba a esta constelación, como la "Pata de Aguila", y digo curiosamente, porque en cierta forma se iguala a la visión que de la Cruz, tenían las tribus de Sudamérica, cuando que la veían como la "Pata del Súri".
La Cruz del Sur desde el Egipto de los faraones
La visibilidad de la Cruz del Sur desde Egipto en la época en que se construyeron las pirámides, ya no es novedad.
Según teoriza Alberto Martos Rubio en su ensayo "Historia de las Constelaciones", podría ser que la cruz ansada (Ankh), con la que los egipcios representaban el símbolo de la vida y de lo viviente, podría tener su origen en esta constelación, cuyo aspecto no puede haber pasado desapercibido a una civilización tan avanzada.
La Cruz del Sur desde la India
Desde la India, según datos de una antigua tradición, existía una constelación conocida como "Sula", cuyo significado es "la viga de la crucifixión". Por ubicación y descripción, sería coincidente con la Cruz del Sur.
Bibliografía consultada:
"Astronomía en el Antiguo Testamento" de Giovanni Schiaparelli, ed. Losada.
"Mitología Sudamericana" de R. Lehmann-Nitsche (1924)
"Astronomía indígena Sudamericana" Conferencia del Dr. R. Lehmann Nitsche, Instituto Popular de Conferencias.
"Historia de las Constelaciones" Ensayo sobre su origen por Alberto Martos Rubio, Ed. Equipo Sirius.
"Las Culturas Precolombinas" por Henri Lehmann, De. Universitaria de Buenos Aires.
"Los Aborígenes de la Argentina" por G. E. Magrassi, Ed. Galerna
"Cuentos y leyendas Argentinos" por R. Rosaspini Reynolds, Ed. Continente.
"Manual de los Cielos y sus Mitos", por Geoffrey Cornelius, Ed. Blume.
Variadas fuentes orales.
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© Silvia Smith